12.18.2007

La posibilidad de una isla


- No he venido a Córcega para sentarme en una curva, yo quiero vivir.


- Yo diría que ver pasar los coches ya es vivir un poco.


Michel Houllebecq, La posibilidad de una isla




Llevo tanto metido en esta jaula,
que me he acostumbrado a no ver los barrotes.
Les he colgado trampantojos con cielos diferentes,
he pintado en las paredes
la posibilidad de una isla
y he reducido el mundo a cuatro calles
con noches tempranas y bocas de metro.

Tanto tiempo escondido,
siendo Hyde las horas muertas,
casi todas,
pensando en el olvido de forma más amplia
como si no fuera solamente
una solución provisional.

Pero lo malo del olvido es que uno
deja de recordar hasta su nombre,
no son ya sus dedos los que tocan, y deja
las reivindicaciones y los gritos
para los momentos privados y para los papeles.

Hay un día, uno primero,
en el que se prueba a cerrar los ojos,
volviendo de la oficina por la tarde;
luego se coge una querencia
un hábito a soñar como costumbre
y se empieza a hollar la tierra sin pisarla.

Y así, soñando tanto tiempo,
todo adquiere perspectiva de quimera.
Más aún, cuando en mitad del absurdo
alzas una mano
y rozas una piel
con tus dedos de siempre...
es en ese instante cuando puedes empezar
a nadar hacia la orilla y superar,
al calor tibio de la arena y de la carne
el umbral del sueño y la entelequia.

De momento, sin embargo,
no voy a nadar,
ni a despertarme,
me voy a quedar haciendo el muerto al solecito
en donde se me pueda ver desde la orilla.
El tiempo pasará no sé en que playa
hasta que un día quiera despertarme y quizá
encuentre tu cuerpo
naufragado junto al mío y no haga falta
que siga pintando en las paredes
la posibilidad de una isla.

11.16.2007

Piedras


Quizá sueñe
con ser siempre perfecta.
No quiere
que el cincel del tiempo cuando pasa
modele de otra forma sus caderas

No quiere que el amante
que acaba de marcharse olvide
que su espalda
es el resumen de todas las espaldas,
la promesa de juventud en que él la busca
para entender la eternidad.


A veces me recordabas a ella
cuando tú tampoco querías ser de carne
y temías que la piel
no fuera suficientemente sabia
para detener el reloj y los latidos.

Por eso sé que aún duermes
sobre las sábanas,
inopinadamente bella
como una escultura infinita y perezosa
que menoscaba ese lugar que deshabitas.


Así pues sigue durmiendo,que yo
me quedo a terminar este poema
imaginando que te miro
y que encuentro esas palabras
que le dan vida a la piedra.

11.14.2007

Sin ánimo de olas


La risa es un animal amenazante
que me acecha en el vacío de otros rostros.
Me brinda sólo brutal ruido de cristales
este otoño que rebosa los tejados
de un gris mugriento y perezoso.

Voy, pero no estoy por dondequiera
que transcurran los caminos que abandono.
Afán soy de isla que me invento
alejada y sola en mi confín remoto
sin ánimo de olas ni de puertos.

Personas como sombras de personas
pueblan el jardín en el que habito,
colgado igual que siempre de las ramas

Se me ajustan las flores a coronas
de difuntos que conozco y resucito
por tu ausencia desnuda de mi cama.

11.13.2007

A medio metro v2.0




El mayor problema no es
la altura de los muros
que entre tú y yo
razonablemente
se elevan.
El principal problema
es que ya nadie va a treparlos.

Hoy, enfrente de mí
después de tanto tiempo
que soy incapaz de conocerte.
Aún así
si me hubieras agarrado de la mano
y hubieras dicho solamente
vámonos,
te habría seguido donde fuera.

Y es que desde entonces
nunca he vuelto a huir de esa manera.
Ya no hay precipicios detrás de los abrazos.

Es porque hay que seguir viviendo
que se desvanece la culpa y hasta el diablo
aprende a perdonarse.

Por eso hoy he comprobado
que amo a una mujer que ya no existe
que sonríe diferente
y me habla desde un lugar que no conozco.
Una mujer que nada vale,
una mujer que no recuerdo,
pero con tu boca y tus rizos,
con tus mismos ojos gigantes.

Es mejor...
...pero ya nadie va a treparlos.

Pese a todo esto
y tal como están las cosas
hubo un instante en que he pensado
que me agarrabas de la mano
y me decías solamente
vámonos.

11.07.2007

Veletas

Afronto el plazo que me apena
con una clara luz de medianoche.
Convido a soledad a este derroche
de ceniza y tiempo que me quema.

Sujeto pasivo yo me había creído
pero otra sangre hoy llevo entre las manos;
la sangre de la sangre a la que amo,
la sangre de la sangre que descuido.

He ahogado al corazón en tanto vino
que he perdido sostén para mis pasos
suscritos al absurdo alejamiento.

Se me ha puesto cara de asesino
por sembrar de muertos mis costados
y ser cruel veleta atroz sobrada en vientos.

Composición de lugar


Para quien me ayudó a acabar este poema

y a empezar otras mañanas.




Siguen ahí fuera todos los rugidos
aúllan cada noche
cuando se apagan las hogueras y el calor
es el viento avivando brasas
como una vuelta lentamente al fuego.

Entrené tal vez
para no ver la diferencia, no es distinto
este tiempo de ahora
del tiempo que fue antes.
Sigue retumbando igual en los relojes.

También siguen ahí fuera las esquinas
las corrientes del metro
y ese cambio de hora del otoño
que me tendrá bostezando por las tardes.

Noviembre es siempre igual
pero nunca ha sido este noviembre.
Iré de los difuntos hasta La Almudena
volveré a pasar un año más
por la decadencia alegre de las dictaduras
y espero llegar sin ruido hasta diciembre
con un dulce menoscabo de garganta..

Todo es cuestión de perspectiva, y ésta
que es igual desde el objeto
ya no hace el mismo viaje hasta mis ojos.
En el trayecto
desde lo idéntico hasta mi pupila
por el filtro que resume la ventana
se ha colado algún paisaje nuevo.

Por eso últimamente he aprendido
que poco importa levantar cada día la persiana
esperando un veredicto diferente.
Poco importa si uno entiende
que es el mismo sol el que ha dormido
con un sueño parecido
al otro lado de la cama.

10.29.2007

Sol



Vi el sol desde la orilla. Lo miré
y allí estaba tan distinto.
¿Qué cuerpos de quienes conocí
en el suelo ya no sombras?
Aquellos que a tu espalda fueron,
que a tu espalda se quedaron,
los que no calientas ya y ya no te nombran.-

Tú, que eres la luz, no tienes alma,
que la calma tuya se ha tornado en callo
y te callas, cobarde, lo que alumbras
creyéndote perpetuo mientras ardes.

10.26.2007

Dedicatoria


Que nada
salvo tú
alivie este desorden.
Que siga mi ropa
almacenando humo y arrugas
en el respaldo de esa silla
en la que jamás me siento.

Que salvo tú
nada me quite de la siesta
ni de dejarme las luces encendidas,
ni de almacenar ojeras los domingos.
Que sigan sin cumplirse los horarios,
ni las fechas que envejecen ,
ni el segundo de bajarse de la parra.

Que nada alivie este desorden.

Salvo tú
que nada me quite del ombligo
ni de trasnochar viviendo de entelequias
ni de mi afición a la deshora por costumbre.
Que siga mi vela siendo libre
aunque de marejada la pinte y acentúe
si me temo desvanecer entre los días.

No quiero
que la isla a la que huyo tenga nombre,
sólo quiero verla bañada por el mar
mientras el sol no deja de ponerse
suspendido todo
en un atardecer interminable.

Es todo demasiado hermoso
como para que nada alivie este desorden.
Salvo tú.

10.18.2007

Una ventana

Cuando no
te importe tanto lo que miras,
sino cómo.

Cuando
según se va pasando el día te das cuenta
de que quizá no sepas todo
y aún sin pretenderlo te otorgues
una tregua.

Cuando el mundo se siga derrumbando
y tú te percates
y lo asumas
pero notes un cimiento en algún sitio.

Cuando todo esté igual
pero distinto y no te importe
trasnochar por acabar este poema
venciéndole al sueño y la semana

Cuando todo esto sucede
puede ser
que cobren verdad algunas cosas y que Dios
tras cerrar aquella puerta
dejó efectivamente abierta
una ventana.

10.10.2007

Invitación a la rutina



Mi recuerdo viene de antes
de cuando vivíamos en aquella casa estrecha
con patio interior y con portera,
con cuerdas de tender y transistores llenos de grasa
que gritaban desde las cocinas un boletín informativo,
o los resultados del fútbol.

Y es que en mi memoria
acostumbra a ser domingo.


Aquella ducha siempre fría a última hora
con olor a niño y a colegio de lunes
y esa mala conciencia en la mochila
donde junto a los libros descansaban
las tareas del viernes sin hacerse.

Recuerdo los domingos
con los mismos nervios de un viaje;
mi madre cociendo verduras con la luz apenas encendida
doblando calcetines y jerseys
con una abnegación que casi me entristece

Mi padre ordenando su papeles,
preparando las citas de mañana
cerrando con mimo aquel portafolios
tan usado
que no fue nuevo nunca.

Yo paseaba
del cepillo de dientes a mi cuarto
por entre la melancolía abstracta del pasillo
ésa que inundaba los rincones, la misma
que intuía de niño y que hoy conozco
a mitad por devoción y por azares.

No huelen los domingos como entonces
los tiempos cambian, o nosotros,
como cambió también el siglo y hasta el clima.

Sólo hay algunas cosas que mantienen su nombre
el mismo frío de la ducha,
el mismo miedo
con algunos apellidos y más años
y también el mismo perchero que en aquella casa estrecha
donde esperaban y aún lo hacen
las camisas planchadas de mi padre
igual que un resumen de toda la semana
o una invitación a la rutina.

10.01.2007

Reumáticas falanges

Por no dejar de lado vocaciones
y fomentar esta pasión que me va grande:
rehabilito reumáticas falanges
y ejercito famélicas canciones.

Suerte soy de verso a enredadera
ofreciéndole a mi muro soluciones
de ocres en otoño,
y excepciones,
si algún verde más por primavera.

Aprendo, pues, a cubrirme la fachada,
a ser perpetuo polvo en las migajas
de esta existencia gris, perecedera

9.28.2007

...por todos lados

Todo tan vulgar tras los cristales
castra mi perfecto a cada paso
en que hago caso a la ley que nos gobierna.
Dejo en tierra entonces la coherencia y aún las piernas
incapaces de llegar a donde trato.

No sé bien cómo explicarte que más lejos,
donde el viaje es siempre solo están mis cosas
y últimamente subvencionan mi peaje tus retratos
que si bien no están en la pared, por Dios te juro,
que cuelgan de Madrid por todos lados.

La canción que inventas

Dudar así de ti siempre me lleva
a tener que pensarte a cada paso
y se revela si piensa en no tenerte
este ingenuo que palpita entre mis brazos.

Practico el olvidarte desde lejos
que hay almas que no están para más golpes,
muñecas que se rompen y te anhelan,
poesías que no vuelan y se pierden
crispadas en las manos que te esperan.

Dudar así de ti, como de todo,
no es injusto azar que tú no te merezcas.
Poco será el dolor que te procure
comparado con la ausencia que me espera.

Conozco tus mentiras, las que a todos
aplicaste como opio a sus acciones.
Das y quitas alas a tu antojo,
pones vendas, bordes, nublas ojos
esclavos en potencia, corazones
en despojos de acordes que te inventas.

A medio metro

En este mismo sitio hubieron ojos
pero hay ahora túmulos que hablan, que improvisan
letanías o cantos desde el otro lado del desierto
ése que tú adornas de pirámides y soles.

De ti a mí apenas medio metro
pero jamás existió mayor distancia
de la que sueño y recuerdo cada noche
a la que hablaba conmigo esta mañana.

Hoy he comprendido
que el mayor impedimento de estos muros
es que ya nadie va a treparlos.

9.26.2007

Aclaraciones

En mi vida hay pocas cosas que guarden un orden como tal. Mis horarios son impredecibles, mi cuarto es, una semana sí y otra también, una especie de leonera; mis “luego te llamo” suelen convertirse en una disculpa varios días después al no haber cumplido yo con mi afirmación; incluso son desordenados y criticables mis hábitos de higiene...o su ausencia.

La única cosa que ordeno y mimo (además de al bueno de mi perro), es este insignificante blog y las cosas que en él hay escritas. Me gustaría, por otra parte, que esta especie de poesías que aquí aparecen tuvieran mayor nivel, que hablaran de sentimientos que pudieran ser fácilmente reconocidos...me gustaría, no lo voy a negar, que a la peña le molara lo que escribo. Pero hete aquí que hace tiempo me di cuenta de que me quedaba a mitad de este camino, o antes. Decidí, pues, hace cosa de un año y medio que iba a escribir para mí, hablándome a mí, con cosas que quizá sólo yo pudiera entender aunque luego aparezcan aquí en esta página.

La poesía, en sí, es hermosa. He leído varios poemas que me han hecho saltar las lágrimas, estar triste o contento, o incluso ponerme la piel de gallina cada vez que los leo. Es una chorrada que cada vez adivino más anacrónica y totalmente fuera de lugar, pero es así, así es como lo siento. Ojalá alguna persona sintiera alguna vez una de estas cosas cuando leyera una poesía mía; por eso las sigo colgando aquí. Por eso y porque me apetece, joder.

Cuento todo esto para explicar que jamás se me ocurriría utilizar este espacio que amo (sin duda por alguna deficiencia psíquica) y que es siempre mi ventana hacia dentro y mi esperanza a la vez, como una vulgar arma arrojadiza donde diera rienda suelta a mis antipatías y las dejara campar a sus anchas. Para mí, y aunque sólo sea para mí, las poesías, aunque modestas, son importantes.

Si alguien se ha ofendido con algo de lo que aquí tengo puesto, ruego me disculpe y entienda que no ha sido mi intención en ningún caso el tratar de crear malestar. De igual modo digo, aunque nunca pueda explicarme del todo, que estos escritos son dibujos que me hago de un sentimiento; con esto intento decir que nadie salvo yo entiende realmente por qué utilizo esta expresión o la otra, este símil o el otro, esta tuerta metáfora o la otra.

Si al escribir tuviera que estar pensando que alguien pudiera ofenderse con alguna de mis cosas: apaga y vámonos. Entonces nunca escribiría.

Las poesías, igual que los libros, son de quien los lee. Me reitero en mi esperanza de que nadie se ofenda: NO ES MI INTENCIÓN ni lo ha sido nunca, pero de igual manera digo que las poesías son así y así se quedan. Son mi único territorio en propiedad, son libres y además, salvo notablemente mejores, no podrían ser de otra manera.


Un saludo.
Esteban
26- septiembre- 2007

9.21.2007

Resaca

Amaneció y tardé mucho en acordarme de su nombre.
Dormía a mi lado aún cuando el domingo
se dejaba ver a través de la ventana y no sabía
que en aquella habitación y aquella cama
seguía siendo sábado y de noche.

Su piel, de día, era ya sólo piel a medias;
idem los ojos, el pelo corto y liso,
los iris verdes que me miraban
preguntándose por qué yo ya no sonreía.

Maldita sea la luz de los domingos
que precede a la de toda la semana,
el dolor de cabeza al despertarme,
su ropa y la mía por el suelo, ahora visible,
esparcida igual
que los tablones de un barco naufragado.

Lástima que Moratalaz siga sin playa
y el suelo de su piso quede lejos de ser cualquier arena;
así no hay quien soporte los naufragios.

Me voy a casa le dije,
se hace tarde,
mañana será lunes todo el día,
yo volveré a mi búsqueda y mi sombra, y tú...
tú ya no serás nada.

9.05.2007

Curiosdad


A veces es la vida
llenarse de ayer
dejar el futuro para luego,
saber que no necesito más de lo que llevo
impreso en la piel y en las pupilas.

Mañana existe ya
pero no hay prisa;
es aún un rumor sólo
con talante de niebla y de relojes
que no tienen agujas todavía.

Yo voy recortando el calendario,
pego en un papel los días
que quisieron ser más que una fecha,
aquellos que no fueron otoño solamente.

Con los otros prendo hogueras
y también hago poesías.

Pero ahora es de noche
y es hermosa.
Me voy a echar en el suelo,
le dejaré al cielo que me hable
para recordar así que sigo vivo
con una curiosidad inentendida
y esta esperanza inevitable.

8.29.2007

Labio de arena


Escribiría de ti, pintaría
en un papel blanco, sin pasado,
la nostalgia futura que te intuyo.

Conozco de ti apenas
un parpadeo
la sílaba correcta
el labio de arena que pronuncias.
Conozco de ti nada, y sin embargo
tengo la impresión de recordarte,
de saberte de algún modo
si te aprendo despacio mientras tanto.

Te escribiría quizá
si no me convenciera mucho de no hacerlo
si pensara
que son guión inacabado los poemas
y no una hoguera insomne en que he quemado
tantas pieles engañosas de los sueños.

Hoy tiene otro nombre la nostalgia
la define una palabra que aún no existe
con un contorno difuso aunque certero.
De este modo es más generosa la esperanza,
su vuelo vesánico, su alpiste
esparcido por fuera de las rejas de momento.

Pero ahora que es septiembre
que tras la esquina se acumulan
los coches y el otoño;
Ahora que es de noche, que Madrid
se torna otra vez repleta y sucia,
es cuando importan ciertas cosas
que no abultan más que un parpadeo, o ese labio
de arena en que me baño y que pronuncias.

Te escribiría, ya ves, si no existiera el miedo
y también si no tuviera
algo hermoso que decirte.

6.30.2007

Viernes ignorante

A Paloma y su chico

“Este viernes tiene color
de otro verano.

Uno tiende la mano, casi lo toca,
adivina detrás de su velo
el rumor de un mar cercano y optimista.

Hoy no importa
el desastre que quedara en la semana,
no existe ya el lunes pasado
ni el tiempo que perdiste
contando los minutos.

Este viernes
es la salida de un tunel menos cierto
que la certeza que nos queda de estar vivos.
Ya vendrán los años luego
el trajín de hacer lo que es debido
desoyendo lo que tenemos de salvajes

La prisa se resume
en la caricia tranquila que te guardo,
el mundo se aletarga
poco a poco
y no tiene desquiciar otro sentido
que superar los bordes de tu boca.

Hoy el odio no cruza los umbrales.

Fue así como yo entiendo
que los hombres ganaron su ignoracia.
Así pues, ignorante y sentado te espero
al otro lado de este puente
hasta que vengas con los ojos a buscarme
para traerme el mar en caracolas
y llevarme muy lejos de este viernes.”

A partir de las dos la polilla soy yo




A Juan,

al fondo hay sitio.





Perdidos

como una polilla que cambia

su armario por un libro,

a la que se le hacen

enormes las letras en la boca

gigantes las palabras

los renglones eternos porque ella

sigue soñando solamente

con hacerle agujeros a la ropa.


Hubo espacio para todo en este libro

hasta para los días iguales

los mismos lunes con ojeras

los mismos cigarrillos, los cafés,

hasta la misma cara tonta en los cruasanes.


Aquellos meses tristes

mi febrero

tu noviembre

cuando creímos ahogarnos en los charcos

y no supimos poner rectos los renglones

que a veces

nos ocupamos de torcer nosotros mismos.


De aquello hoy me quedé sólo contigo

porque nadie

y cuando digo nadie digo nadie

vino a buscarme hasta ese invierno

en el que ya no hace desde entonces tanto frío.


Ahora cuando lo releo

no suelo pararme en esas hojas

sino que voy, como polilla lista

a posarme sólo sobre lo bueno

que fue mucho, tanto

que desde esta perspectiva

no puedo ni abarcarlo con los dedos.


Tantas mañanas

tantas cosas

tantos sueños

entre clase y clase contados al oído.

También aquellos días,

esa chica,

el corazón latiendo en la garganta

retumbando al verla en el pasillo.


Tantas cosas Juan... y aún así

no me resultan demasiadas.


Míranos

tú y yo en este circo

en el que están tan altos los enanos.

Siempre tú y yo, tanto

que no sé escribir ni una letra más en este libro

si no te tengo al alcance de la mano.

6.20.2007

Este espacio

Para Anónimo
que inspiró estas letras


Tonto es
el que dice tonterías.
Triste, pues,
el que canta sus tristezas.

Este espacio
lejos de alejar
acerca
y no es mío
¿cómo iba a ser mío tanto espacio?
pertenece solamente
a los ojos que fueron a mirarlo.

Los recuerdos
ésos de que hablas
lejanos o cercanos da lo mismo
si no traen calor ni tienen carne
ni lunares que borren los horarios
para ser más generosos con el sueño.

Hay partes de la vida
a las que uno sencillamente vuelve
ignorando una cabeza más sabia
llena de inevitables trabas autoimpuestas.
Renegar así, aún con promesas
todo aquello
es lo mismo que hacen esas cabras
que no se tiran al monte por si llueve.

Es más difícil sin embargo
reconocer al joven de las fotos
quitarse años de la calva, no amar
más que a un fantasma
que no se digna ya a asustarme ni siquiera.

Quizá fue peligroso
fue doloroso sin duda
pero fue
mucho antes que recuerdo sin carne
un abrazo ardiendo al fin del mundo.

No volveré a ser lo que antes era
ni a encontrarla
al final de los caminos.
En efecto
el tiempo nos cambia demasiado,
y si no míranos ahora
que estamos muertos y tranquilos
y antes
vivos y asustados.

Espero al menos que el tiempo
no se nos vaya con los años
sin dejar de recordarnos todavía.

6.13.2007

Digna de elogio


Ni para un verso
tuvo palabras esta noche.


Pero sí tuvo un camino
por las mismas aceras de aquel tiempo
cuando no importaban escalones ni autobuses,
cuando no existía
el semaforo ni el ruido,
cuando aun lléndome no llegué nunca
a tener del todo claro si me iba.


Todo sigue igual, pero más solo,
no es más que un trayecto aquel paseo.
No hay nada, como tal,

de lo que entendí por madrugada,
y de ese lienzo,
sólo queda una ciudad llena de andamios.


Ni tú, ni yo
y pronto nadie
quedará en pie tal como era.


Sólo igual de igual, igual de solo
sigue el nombre de las calles y también
aquella estatua
que está valiente y sucia donde estaba
aguantando el chaparrón.


Le lit


se quedarán ya sin planchar esas arrugas

las de las sábanas

las de las pieles

las de los ojos sin dormir, mirándote.

¿Qué tal tronco?

Aún cuando de mi tronco seco
brote un tallo que delira
queriendo ser verde pese a todo.

Aún cuando la corteza no sea arruga
y octubre venga antes de agosto.

Aún cuando sea otoño sin serlo todavía,
te busco sin moverme,
sin ser del todo árbol,
esperando,
antes de tornarme sólo en leña
a que pases por mi sombra para verte.

5.27.2007

Mi descabello tu nuca


Si me oyes gritar

no te des la vuelta.


Si me oyes respirar aunque sea lejos,

si descubres que pisé la huella que dejaste

para no dejar ni rastro del camino.


Si me intuyes con los ojos clavados en tu nuca

llamándote sin voces, sobrado de palabras

dejadas contra el viento

para que no puedas olerlas ni escucharlas.


Si sabes que aquí estoy

pataleando en silencio

y tú eres feliz pataleando hacia delante

con eso basta.


Yo me quedo aquí, buscándote

la espalda que tuvo lunares en mis labios.

Tú no te des la vuelta

que si lo haces

ya no puedo imaginarme dónde miras.

5.12.2007

Como en el cine


Todo a contraluz.
Veo las formas, las siluetas,
distingo los contornos y evalúo
las líneas que delimitan las figuras.


Si la tarde es clara
puedo intuir incluso los cuerpos,
el molde del que salieron, las pieles,
los olores que llevan tatuados como un índice
o una bibliografía.


Me invento las vidas de los otros,
les trazo la derrota que yo quiero,
les imagino un pasado y un futuro,
gente a la que conocieron, lugares a los que viajaron,
veranos de hace mucho, fotos en la Alhambra,
cervezas, risas, besos y también
alguna lágrima.


No escucho las historias de los labios
pero imagino qué les hizo hablar,
decirme en este espacio y este tiempo exactamente
la palabra que me dicen,
por qué abandonaron su prudencia,
qué bueno y malo conocieron
para sonreír precisamente en este instante.
Si pronunciaron algún no cuando debían,
si se atrevieron a ser alma en vez de rojos,
si tuvieron ocasión de estar cerrados y quizá
de ser felices.


Mi contraluz me ofrece una certeza de existencia
como la de aquél que está en la primera fila de algún cine.

Por favor,
que alguien se apiade
y me traiga palomitas.

4.30.2007

No te olvides los donuts


Seguro que sabes de qué hablo.
Es esa extraña sensación
de que algo siempre se me olvida.
Las llaves, las gafas, el puto móvil.
Antes de cerrar la puerta
hago recuento y tengo todo,
el metrobús, el boli, mi cuaderno,
y aún así la sensación no me abandona.
Pero suele ser que te das cuenta,
sólo en el preciso instante en que lo necesitas
de aquello que te habías olvidado
cuando es tarde para volver a casa y recogerlo.

A veces llegas al metro tan contento
y te acuerdas de tu libro en la mesilla,
ahí puede estar mientras tú
cabreado y aburrido
miras envidioso a los viajeros
que se acordaron de coger un gratuito
Nunca has necesitado tanto un euro
como cuando quisiste hacer esa llamada,
no sabías que era el hambre
hasta que te dejaste el bocata en la encimera.

Tu amor platónico desnuda... y sin condones.
Otegui, Txapote, De Juana... y tú sin piedras.
El yeti dormido a un par de metros,
Garzón poniéndose unos tiros,
Beckham en el súper, con ojeras,
y tú... sin cámara de fotos.

Me he fumado mil veces el tabaco
que guardé en los otros pantalones.
Curé el más crudo resfriado
con un Clamoxil abandonado
al lado de un papel que dice no te olvides.
Nunca tuviste que andar tanto
como cuando se quedó el walkman en la mesa,
se helaron las piedras aquel día
que no trajiste el gorro ni los guantes,
jamás viste mejor una jugada
como el día en que no llevabas cartas.
Qué decir de aquel canuto
para el que no cogiste un papelillo.

Así es que hoy iba caminando por la calle,
con los cascos puestos,
con el gorro y con los guantes,
el libro de Fante en la mochila,
un par de euros, el tabaco, dos mecheros
y una piedra por si acaso en el bolsillo.
Pese a todo..
esa sensación de olvidar algo.

No supe qué era hasta que la vi pasear por la otra acera
de la mano de un hombre y sonriendo.
Yo, que la miraba de reojo tropecé
y me di de bruces con el suelo y con el mundo.
Me quedé sentado, y la verdad
ya no importó tanto ver que se alejaba
como comprobar que me sangraba la nariz por el porrazo
y yo
me había olvidado en casa de los kleenex.

Ahora
al menos
ya sé lo que me falta.

4.24.2007

Oasis


A mi cuaderno verde



Sin borrador vendrán todos los versos
con que voy a mancillarte cada hoja.
Sin borrador ni buena letra ni talento
sin otro par de ojos que los míos
portarás –pobre de ti- poca poesía
y estarán tus letras lejos
de las hermosas letras de los libros

No es ya la esperanza
sino una terquedad incomprensible
lo que llenará de garabatos tus entrañas.
No es ya la fe ni es el aplauso
ni los genes de los versos de mi madre.
No es el dolor inocente
ni el grito que estalla en los papeles
ni la luz del ciego cuando mira

Ahora escribo
por mera necesidad de ser materia
más allá de la ceniza de las manos.
Por dar una de cal en el desierto
y robarle en un dulce descuido
risas al llanto
peras al olmo
instantes al tiempo

Llenaré tu vientre de cuadrícula
con una desquiciada y redonda geometría
que nada sabrá de arquitecturas
de esas
que ponen rejas a la locura
y trabas a la alegría

Sea como fuere
la esencia de mi vida
quedará ya para siempre entre tus carnes,
y el día ese en el que yo me muera
quizá quede alguien que me quiere,
que te recoja y te guarde
hasta ese otro día en que ya no quede nadie
salvo un viento que vendrá de ningún sitio
a esparcir tus hojas dondequiera

Y yo
que para entonces seguiré en cada palabra
olvidaré las cadenas en la tumba
me sentaré a charlar con las estrellas, a discutir
pequeñeces con mi sombra, a perder
tranquilamente
todo el tiempo que yo quiera.

Ese día cuando amanezca
me hallará tendido el sol
en la falda tranquila de algún monte
Será una mañana tibia y soleada
y la luz me hará entornar los ojos
mientras miro cómo queda la tristeza
lejana y sin sentido
perdida detrás del horizonte.

Con una mano iré
sacudiendo el rocío de las plantas
y en la otra
te llevaré a ti que lo mereces.
Sólo tú vas a entender ese Sol y ese día
porque sólo tú me has acompañado en esta noche
en la que hizo tanto miedo
y tanto, tanto frío.

3.21.2007

La casa

Acabo de pasar bajo la casa.
Desde hace un par de meses ya me atrevo
a mirar a la ventana donde un día
tuvimos abrazos desnudos,
cigarros compartidos
y tácitas promesas en el aire, que decían
que allí donde tú estuvieras, estarían por venir,
por andar o desandar,
por hacer todas las cosas.

Y es también desde hace un par de meses
que veo las luces apagadas, las cortinas
siempre igual, tras los párpados a medio echar de las persianas.
Yo vuelvo la cabeza
sigo mi camino y me pregunto dónde estarás,
dónde te metes, dónde duermes
cuando no duermes en tu cama,
dónde te has marchado y con quién para olvidarme,
para dejar viuda la casa que nos viera crecer juntos,
que juntos planeamos,
aquella que pintamos de voces y de besos esas tardes
en que el mundo, que seguía tan vasto y tan ajeno,
era pequeño y nuestro sin embargo.

Hoy, al volver la cabeza y seguir mi camino
me dio pena ver la casa tan a oscuras.
Me dio pena acordarme de los libros que nos acompañaban
callados desde las estanterías, me dio pena
recordar aquella especie de poesías que de madrugada
te dejaba al marcharme en la mesilla
por no atreverme ni siquiera a despertarte.
Parece que fue ayer cuando dormías
como la arena imposible de una playa, bajo un mar de sábanas azules,
o como esa niña
tranquila y boquiabierta que aún no entiende
que si bien mañana es pronto todavía, llegará sin duda un día
en el que haya por fin que despertarse.

Yo te miraba
fumando un cigarrito en el alféizar
con Madrid ronroneando al otro lado,
y pensaba dónde miraría
cuando no pudiera velar tan a tu orilla,
cuando tu ceguera dejara ya de ser excusa
y alcanzaras a ver que bajo el matiz que sólo tú me dabas
no había más
que otro vulgar gris como cualquiera.

Ahora ya sé que cada día voy
con esta locura
a pasar por tu ventana y dejarte
este poema en la mesilla.
Qué pena que al final nunca me atreva,
y no es ya por no encontrarte
sino por ver siempre nuestra casa
tan sola y tan a oscuras.

Aunque no te encuentre


Voy a verte y voy
como el que corre huyendo del silencio
del tronar atroz del péndulo
de este martes
con su tarde insoportable

Voy a verte y voy
feliz
en metro
olvidando por un rato
mi rabia atalentada
mi verso irresoluble
mi mano infructuosa
mi soledad cetrina

Voy a verte y el vagón
que es el de siempre
se vacía un poquito de rutina
y se llena de visiones más hermosas
La dorada estación es de repente
un cuadro impresionista en la ventana
el papel es una playa virgen
seguramente gaditana
y el tiempo es solamente
un matiz que tiene
escasa relevancia

Como dijo el otro suele ser
mejor que llegar
pensar que se va llegando
porque hoy
que yo iba a verte
al llegar a tu estación he despertado
se ha vuelto surrealista la ventana
ha tornado el martes metro a metro
y he vuelto a reprender a este caballo
que sólo sabe llevarme hasta tu puerta.

Hoy no tengo el alma para golpes
pero me toma muy bien este placebo
de hablar sueco cuando duele
Así pues vuelvo al papel y sus arenas
cuando cierro los ojos y recuerdo
que hoy voy a verte
aunque ahora vaya
con un nudo en el pecho
y una blasfemia en la garganta

Día de la madre


A mi madre

para que no volvamos a caernos.

Te quiero

No tengo talento más que para darte
los treinta versos que te escribo esperanzado
de que te hagan sonreír aunque de lejos.
No es más que el don que tú me has dado
lo que llena de carne mi pellejo.

Única pero no sola debería
sentirse la madre de este hijo
de su madre
que tú eres por ventura.
Más en letras que en besos soy prolijo
yo, el fruto vertical de tu cintura.

De otra mano recibieras hace un año
las rimas que te escribo cuando intento
que sepas, madre, más sobre mi vida.
Cómo explicarte que aún me duele aquella mano
que dejara escapar de entre las mías.

No vayas a caerte al suelo madre
que hay dos barbas con sus bocas que te quieren
y un perro que te ladra y necesita;
tres patas –en fin- que sin tu banco
son torpes y absurdas y baldías.

Ya ves, me he puesto a llorar mientras escribo
y no me importa que la gente mire y cuchichee.
No saben que esta lágrima es un recuerdo emocionado
un milagro de abril que ha renacido
en el tibio y pequeño cuerpo de Alejandro.

Es mi cuerpo también pequeño y frágil
pero no sufras mamá si me suturan
las muñecas, los tobillos... la memoria.

Quererme no es ni será fácil
pero hoy beso tus labios cuando apuran
la cerveza sin alcohol de nuestra historia

contantascosasquenosseparan

A Alberto

Nos separan un palmo y pico de centímetros
tu camiseta de river
la mía de Boca
Nos separan tus párrafos eternos de mi rima
Tus puntos y seguidos de los míos
aparte y suspensivos para todo

Nos separa un tiro de piedra
de tu tela de araña a mi nariz de Cyrano
de tu Stan Lee
a mi Pedro Salinas
de tu Barrio del Pilar once paradas
mientras leo a Houllebecq en suburbano

Nos separan muchos años
sin habernos conocido
Tu infancia en el Valdeluz
la mía en el Menesianos

Nos separa tu novela americana
de mi libro gordo de Petete
Mi cantautor de camiseta y zapatilla
de tus sellos modernos independientes
Tu generación X
de la mía del 27.

Y aún así
con tantas cosas que nos separan
hemos ido a dar con una
que no tiene motivo ni tiene nombre
y que
después de salvar tantas distancias
nos ha unido

Adormidera

Me cruzo con semillas de mentira
de ésas que siembran vacío, que callan
el alma, que roban la vida.

Requiero los tablones de las vallas
que acotan el fluir de mis pensares
a un repetir de ruinas y de llagas.

Agoto el recurso de la fábula,
les busco a las quimeras las cosquillas
y al labio su oxidada jácula.

Mis retinas –ya- como fotos amarillas
se opian a fumar adormidera
encharcando pulmones y pupilas.

Visito esquizofrénicos lugares,
encuentro hipotéticas sonrisas
y agujas en famélicos pajares

después de psicotrópicas pesquisas.
No me quedan héroes sin lunares
ni mares de playa virgen a la orilla.

Como ésta


La tarde lenta y clara
como un puñal hostil de primavera.

Recuerdo cada tarde que fuera como ésta,
cuando huele a San Isidro por mi barrio
y sale la gente de los bares a la acera.

Me huele la tarde a parque,
me huele a chaouen y me sabe
a precoz sangre de cerezas.

Recuerdo cada tarde que fuera como ésta.
El labio aquél que tuve,
la fiebre aquella tan hermosa.

Litronas, nerviosas manos.
Atardeceres tendidos, eternos.
Infinitos sueños que coronan
en cercanas noches de verano.

Tardes,
tardes, tardes y tardes.
Recuerdo todas las que fueron como ésta.

Le arrebata brillo al gris el verde
en cada árbol que resucitó la primavera.
Yo loco y gris espero
a ese amigo... que no vuelve.
Mi amigo,
que volverá con un balón recién comprado
para jugar al fútbol siempre
en una infinita tarde igual a ésta.

Gente que se va... en fin,
otra gente viene.
Mientras escribo la espero.
Ella es, sin más, todo lo bello.
Lo puro y lo sabio.
Evoca, sin más, todo lo bueno.

Con esos ojos que tiene... tan grandes
que parece que te está mirando el universo.

Se acerca ya, la veo y ahora entiendo
que es fugaz milagro de agua en una cesta
y que yo vuelvo a ser poeta si escribiendo
la recuerdo en cada tarde que fuera como esta.

Tus perros




Hay
un paraíso que conozco
una nube
que nada tiene que ver con la tormenta
que es mi casa
que me cuida y me llama por mi nombre
¡Esteban! dice
y así vuelvo a palpar su paz templada.

Vuelvo a ser el yo que conocía
el que temía vivir
pero vivía
con una locura digna y hasta hermosa.
Vuelvo a ser el yo que olisqueaba
como un perrillo listo
los aromas que la vida
esconde en el culo de las cosas.

Vuelvo a saber que la esperanza
aunque pequeña y frágil como siempre
sigue viva
a la vista como un tímido horizonte
de las manos de aquél que la cultiva.
Rehabilito barbechos para el alma
que darán sus frutos algún día
Recupero tabiques para el aire
y neuronas y lengua para el habla
tras tanto bucear por cuenta propia
con piedras de adobe en los bolsillos
limpiando el polvo al son de madrugadas.

Vuelvo al gusto por los parques
y a las verdes sombras
de sus árboles torcidos
que entre obras, humo y emetreintas
vienen hoy a recordarme
que vivir no es una opción sino un camino.

Y así hoy
sentado en aquel parque
por donde vimos correr tantas veces a tus perros
he vuelto también
sin casi darme cuenta
a recordarte.
Y todo lo anterior
que tan difícil había sido dar con ello:
mi paraíso mi nube
mi locura digna y hasta hermosa
mi paz templada
todo
desde la esperanza al horizonte
desde la lengua a la neurona
desde el humo a los pulmones
ha perdido en un suspiro
su importancia

He cerrado entonces el cuaderno
he sacado una nostalgia y un cigarro
y allí en ese parque
por donde no corren ya más que los días
he comprendido
que mientras tú revives
y amas
y besas otras venas
y me olvidas
yo estoy aquí sentado
arrepentido
a la verde sombra de mi árbol
esperando dormirme y que dobles una esquina
y le prestes luz a este poema
y te marches de tan lejos
y te sientes a mi lado
y me des una pelota
para poder jugar con tus perros

Huida de fogueo

Se me nubla y oscurece la mirada
si paseo por Madrid bajo tu almena
y visito tu ventana de reojo.
No me acostumbro amor a este despojo
de saber que tras el mar sólo hay arena.

La nostalgia es un helado derretido
en manos de un niño gordo y lento
que mira con desánimo el barquillo.
Pues bien, la nostalgia es ese dulce regustillo
que se mezcla con la mierda de los dedos.

Qué putada amor que no te quisiera
y prefiera derrotar a estar atado
a tus labios partiéndonos la boca.
De tu cuerda me quedará siempre tu loca,
de tu nudo me faltarán siempre tus manos.

Planeo en mi estación sin autobuses
los horarios de una huida de fogueo
que no tiene sentido sin tu hombro.
Qué pena ir recogiendo los escombros
de promesas, de mañanas y de sueños.

Amanece no obstante y ya se sabe
que no es poco si se trata de ir tirando
buscando una ilusión a que subirse.
Que triste canta mi verso al despedirse
de la teta que le sigue amamantando.

Los lunnies


Los lunes
las ausencias son de plomo,
la semana
una cuenta atrás que lentamente
va tachando días y rezando
para poder ser viernes cuanto antes.

Los lunes
bajo al bar y desayuno
un descafeinado y un pincho
de tortilla con el Marca entre las manos
que me cuenta que Ronaldo está delgado
y marca goles como un loco en otro equipo.
Ver al gordo
con la camiseta del Milán es doloroso
igual que a Zidane en los mundiales
marcándole goles a Casillas
que viene a ser como ver a tu novia de cunclillas
chupándosela a otro.

Los lunes
me someto por completo a la ignorancia,
soy otro hombre gris como cualquiera
que coge el metro hasta el trabajo
y se baja siempre en su parada
sin preguntarse jamás adónde llevan
todas esas líneas
que no salen en los mapas.

Los lunes
el cinismo es una purga
que entretiene a la conciencia sin borrarla
permitiéndome vivir hacia un delante que no entiendo
si no es por la esperanza de que un día,
un lunes que aún no está en el calendario
me levante con ganas y con fuerzas
para poderme reír al fín de todo esto.

Clave de sol

Me trae perdida la mirada
el acopio que hago de rutinas
y el nudo de nervios en el alma
que de fechas y vacíos me adoctrina.

Vuelvo a sostener, y sin ayuda,
mi paso en la derrota de algún rumbo
que me libre de la grieta y la intemperie.
Desempolvo mis manos de poeta,
mi espíritu de humano y vagabundo.

Existo, pues, como lo haría
un compás de métrica obsoleta
hacia un concierto de gotas de rocío
en clave de Sol de desvarío
escrito para humo de trompetas.

De modo que... me doy al aire
por no despeinarme con el viento
culpable de no ser como debiera.
Me aferro a visiones de palmeras
soñadas en las playas que me invento.

Amar digno

Baldosas invisibles en la nada,
un puente suspenso en fe de necio paso.
Caminado dejo un trecho inabarcable
y por delante...
me queda siempre el mismo inacabado.

Desnudo voy mas voy armado
como consigna firme imperturbable
de amar digno, y aún enamorarse,
sin humillarse pareciendo enamorado.

Palabras




Qué bella la palabra cuando no puede escribirse,
ni olerse ni vestirse ni explicarse
Qué bella la palabra cuando es ella
un fruto mágico del alma
Cuando no tiene ni carne ni apellido
Qué bella la palabra cuando existe
pero nadie puede pronunciarla

Qué bella la palabra en un origen
cuando era virgen de manos y papeles.
Bendito sea el labio que no sabe
susurrar la palabra cuando duele
Bendita sea la boca que enmudece
y les deja a los ojos acercarse

Qué bellas todas las palabras que callamos,
así hablamos el lenguaje más hermoso,
el que a nadie pertenece
el que no podrá llevarse el viento y nadie
tendrá nunca valor para robarnos.

Vosotros ya me conocéis

A mis amigos, os quiero


Vosotros ya me conocéis
sabéis
que a veces soy huraño y egoísta
y piso un planeta paralelo
que tiene por escueta órbita mi ombligo

Sabéis
que me dejo la cabeza en cualquier sitio
y el móvil en cualquier casa
y en varios maleteros guardo
un más que respetable fondo de armario


Sabéis
que me tomo todo con la calma
incluso podría decirse que con cuajo
Algunos aseguran que soy vago
y que no voy a madurar
con tal de no bajarme de las ramas.

Pero todo esto
ya lo sabíais.

Lo que quizá no sepáis
es que suelo rezar todas las noches
y le pido por vosotros al que escucha

No sabéis
la cantidad de veces que me habéis salvado
y que si sigo riendo es culpa vuestra
vuestra y también de que en diez años
no me haya faltado nunca un solo abrazo

Quizá vosotros no sepáis
que a veces la vida no me gusta
y me asustan el metro y las esquinas
Quizá vosotros no sepáis
que a veces disfruto más al escribir
que echando un polvo
Quizá vosotros no sabíais
que a veces
podía llegar a ser tan tonto

Pero con tonto y con eso
el que suscribe
no sería nada sin vosotros
y por vosotros
me rompería el alma
los tobillos
las muñecas
porque nada de esto sin vosotros
habría merecido tanto la pena

Pues es por eso que aquí estamos
con bebida por doquier
botellas varias
con un nuevo acento gaditano
y un gincho menos en canarias

Llegados a este punto
sólo me queda deciros
como mandan las leyes
lo que os quiero
Así que brindo por nosotros
que fuimos somos y seremos
siempre reyes

3.16.2007

Lápiz con goma

Cuando uno no piensa en muertes ni en asfalto
y deja las noticias de las tres para otro día
cansado de la puta ETA de costumbre
Cuando se olvida el hambre y la miseria
y la guerra en no-sé-dónde es una nube
que amenaza lluvia en otro barrio

Cuando no siento en mi carne
la pena de la calle en sus rincones
con personas como islas olvidadas
Cuando no adivina mi mirada
una veta de pesar en cualquier parte
donde habite la tristeza de otro hombre

Cuando el yonki se pincha lejos de mi casa
y su vena no es la vida a picotazos
suscritos a horadantes soledades
Cuando su brazo no es mi brazo
y le ofrezco la vista de mi espalda
dispuesto a ignorar calamidades

Cuando convierto en yates los cayucos
me abrazo a un eufemismo sin pateras
y no veo a mi hermano que se ahoga
Cuando creo recordar la primavera
pero entro al Corte Inglés y se me pasa
comprándome un par de zapatillas
Cuando Colombia es un café y no una guerrilla
y Kabul un anuncio en La Primera
lejano como un libro en un estante.

Esos días en los que echo la cortina
para no ver la mierda en la ventana
vertida por un mundo incomprensible

Cuando todo esto sucede y es de noche
uno se vuelve ciego y loco
y le da por arreglar el mundo con un lápiz
o más bien
con la goma que lleva éste en el trasero
En realidad esta terapia nada arregla
pero así
escribiendo sueños, borrando penas
pintando bosques, restando aceras
uno se vuelve también lápiz
que aprovecha mientras borra
y le pasa el culo por la cara a los problemas

Despistao

Hoy que tengo alma de poeta
se me han roto las manos contra el mudo
papel que aguarda virgen mis palabras
Papel, pobre papel, no entiende nada,
no sabe que ando huérfano de escudo,
no sabe que estoy triste sin remedio
en medio de mi falta y mi despiste.

Despiste... falta atroz como otras tantas:
como ser del viento y de la luna
o soñar en un vagón hostil de metro
con mares que acarician otros puertos
y otras playas, otras pieles, otras dunas.

Me alegras

Ojalá fuera valiente
ojalá tuviera los arrestos que pretendo
para liarme con dulzura la manta a la cabeza
y aprender sólo de ti la asignatura
que me ha quedado pendiente en tu belleza.

La sorpresa es un Sol recién nacido
mecido en un arco de sonrisas
La voz es un don, y ahora en mi oído
hay macetas con palabras y con flores
que renacen en mis huérfanas cornisas.

Contando con los dedos


He vuelto al mundo, amigo mío,
callado de mundo por los codos;
tuerto, ciego de mundo,
sobrado de pupilas,
consciente de estos ojos.
He vuelto por saber de este minuto
a cubrir de barro y mundo los horarios,
a sacarle brillo al plomo en cada paso,
a invertir en sal para sudarios,
en amarillo para fotos,
en agua medio llena para un vaso
que sigue siendo mundo, estando roto.

He vuelto contando con los dedos
el resumen de las cosas importantes
Vacante de verdades duraderas vuelvo
falto de fe, dispuesto a enredadera
que zozobra en arena de desiertos...

lo peor de todo esto es que me sobran
cuatro más de quince dedos.

3.05.2007

Palotes

Apunto números
colecciono labios que no saben
pronunciar los míos como quiero.
Son el pan de hoy
necesario aunque mañana
siga teniendo hambre tan temprano
y de aquel pan queden sólo un par de migas
chivatas en el cuello,
el bigote y las solapas.

Confundo los nombres
que sólo tienen cuerpo un par de días,
las caras que podrían ser hermosas ,
las bocas
en que voy aprendiendo un Esperanto
y soy capaz por unas horas
de olvidar aquel idioma que sabía.

Voy así creando
un firmamento borroso
un equívoco raíl, un cauce
que no acabará en el mar seguramente
pero me deja imaginarlo de momento.

2.23.2007

Si yo supiera

A Eugenio



Ojalá yo fuera un buen amigo
de ésos tuyos
que pueblan tu memoria entre veranos,
que llenan de matices la paleta
y curan entre risas cicatrices
volviendo a casa contigo en bicicleta.

Ojalá yo fuera un buen poeta
de ésos míos
que tuviera un par de frases para darte
y un abrigo con ases en la manga
y un alma que ignorara tanto frío.

Ojalá tuviera una palabra que alumbrara
el insondable pozo de la ausencia,
una palabra que explicara,
una palabra que pudiera
devolverle primaveras a este otoño
y robarle a su caduca impertinencia
lo poco que tiene de perenne y duradera.

Ojalá, mi buen amigo, supiera yo
cómo aliviarte tanta pena.

Lo que no te digo

Te sumo al club de mis enojos por querer besarte todo el cuerpo,
por probar el libar de nuestro encuentro
y rompernos de ganas
y hablarnos tan flojo que sólo estando en ti me oigas.
Déjate las cadenas a un lado de la cama para que pueda al fin –como deseo-,
pintarte de sonrojos cada vena.

Pintarte la carne con mi carne con un deseo febril de quinceañero,
chocar mis besos con tus besos hasta que estemos tú y yo solos
para gritarnos al oído débilmente
que yo soy agua de deshielo vacilante
y tú eres cauce del pecado y de su río.

Acariciar tu piel con mis raíces,
empapar mi vientre de rocío salado y denso en fruta de tus labios de algodones
que acaricien el alma dulcemente y apacigüen el incendio en mis entrañas,
ansiosas en secreto de un abrazo húmedo y caliente.

Azar de flor, tu piel, serenamente bella,
llama a un clamor de párpados hambrientos la fugaz locura de una estrella.
Besarías mi pecho de desierto con dulce voz de joven alegría.
Quizá con tus labios rodando por mi cuello... tus manos en mi cara,
mirándote a los ojos juntemos de dos cuerpos
el mismo sueño sólo.

Se pelean mis dedos por tocarte, y a vulnerar la suave piel que te imagino
una caricia lenta y tierna se apresura.
Qué hermoso y qué difícil explicarte esta dulce calentura
pobladora de mis huesos y mis ganas;
Qué hermoso volar sin dueño ni ataduras por el cielo ondulado de tu pecho;
soñar sin sueño con las dunas azuladas de algún mar sin rumbo ni puerto.
Qué tristemente hermoso es que a veces me abandones, habites el mundo
y no sepas nada de todo esto.

Iremos caminando

Ven niña, cierra los ojos.
Dame la mano que te llevo
donde nadie estuvo antes.
Levántate despacio, no despiertes,
sueña, engáñate si quieres
pero vente.

Ven,
vamos a un cielo como tú quieras de verde.
Vayámonos lejos –deambulando-,
a otro mundo al que no lleguemos nunca;
que me gusta contigo no llegar
y sí pensar
que poco a poco quizá vaya llegando.

Iremos caminando, como siempre.
Sabes que no tengo en qué llevarte.

Ven,
duerme conmigo en las estrellas
y no temas
que conozco hueco en un lugar
donde no hay que derrumbar persianas para verlas.

Ven...
prométeme que llorarás cuando te vayas
y que al oeste de tu mundo
volverás, para abrazarme, a aquella playa
oxidando corazones, cremalleras,
aprendiendo a amanecer como la orilla
que cimentó de arena nuestro rumbo
y decoró con sueños sus palmeras.

Iremos caminando, como siempre...
que ya sabes que no tengo en qué llevarte.

2.06.2007

más barro

Este ser sin ser, cansado de estar
a la deriva,
va buscando salidas en los versos,
un sueño al que besar, la despedida
del inverso de alegría en que va andando.

Este ser sin tierra, cansado de pensar
más de la cuenta,
ha perdido los sabores de la tarde;
No es ya tanto la tormenta
como el barro que ha quedado en todas partes.

con la calma

Con la calma voy
sustentando de palillos los cimientos
del castillo de naipes que construyo
en la nube que imagino, a la que huyo
para infringir por lo menudo mandamientos.

Propósitos pretéritos de futuro incumplimiento,
albaranes de cloaca de un “no quiero”
exentos de indulgencia porque puedo
alimentar con vasto pasto flacas vacas.

He arriesgado el luto de las flores
para saciarme de sangre los colmillos.
He arrasado los campos de amarillo
para comerme de un bocado los colores.
He fumado vientos, he matado soles,
les he copiado versos a los grillos,
les he robado peras a los olmos
y para colmo
he sacado del invierno algunos brillos
que bien pudieran ser de primavera.

Ahora que he tenido que matarme
para querer seguir viviendo.

Ahora que traigo quemaduras del infierno
es tiempo de cambiar los cimientos del castillo
y volver a purgar de monaguillo
el mal del alma.

Ahora que aspiro a tuerto entre los ciegos
ya me acerco yo a comprar palillos
pero fumándome un pitillo
y con la calma.

que no araña el corazón


Una cara de cartón, unos ojos con ojeras,
un cáncer de corazón sin flores por primavera.
Un humo color canela en el pulmón,
una vela en el entierro de una ilusión.

Un avión sin chalecos salvavidas,
una herida olvidada en un rincón,
un callejón con salidas al fracaso,
una maleta perdida en la estación
donde arriba el tren impetuoso de la vida,
y dos lágrimas después
llega mi vagón de poeta con retraso.

Una risa olvidada en el olvido,
un beso ansioso sin labios que besar,
un pesar viejo, borroso y cautivo
que, harto de velar, se va durmiendo
al descubrir que no es tu cuerpo ya mi abrigo,
y que, cansado a veces de soñar
no se para ya a soñar nunca contigo.

Una madera carcomida por el tiempo,
un viento que no ondea en tu bandera,
un poema que no araña el corazón,
la prisión de un amor que padece de sordera.

Un rico muerto con mil penas,
mil venas muertas por un pico,
un circo en el que crecen los enanos...
unas manos que no sienten ni padecen.

Unas veces que hacen las veces de penas,
unos peces que confundo, a veces, con sirenas,
una almena sin dragón y sin princesa,
y esta mesa que no se sienta ya a la mesa
y sirve sólo cenas para uno.

Una luna oculta tras el humo,
una cuna... que queda ya tan lejos,
unos viejos parecidos a nosotros.

La carcajada de un monstruo que vive en el espejo
donde un día estuve yo
y ahora... ya no encuentro mi reflejo.

2.01.2007

fin de añO

Abarloado a inconcluso este navío,
la amura al sur de todo tiempo,
el mañana por la popa, lo perdido:
ganándole a la fe su sotavento.

Otro que agoniza, al que vencemos
tras tanta astilla que quedó en su marejada,
tras tantas cosas que se fueron, jerarquías
de espectrales pabellones ya y vacantes camas.

Poemo hoy pues por revivirme
por disfrutar de la nostalgia mientras sepa
y aún pueda sembrarla otra distinta
que me lleve más en tinta y al nombrarla
alimente los olores que la pueblan:
el azul volver del mar, el amarillo apaciguado
de las semillas y la arena.

recomendación

Qué quedará de ti cuando ceniza.
Quién serás cuando no seas
más que polvo y tierra en la colina.

Podrá alguien recordarte como quieres,
leer tu nombre al final de una poesía,
llorarte y, pese a mudo ya, enmudecerte.

Quién serás cuando los bosques ya no guarden
las dudas que sembraron los misterios.
Tú, empeñado siempre en estar muerto, quién serás
cuando de humo estéril, luz de gas,
conviertas tu tesoro en sólo un pecio.

No te ahogues en tu vaso y revive
y pídele a tu mano sus semillas,
que el que muere cada día, si escribe,
se verá siempre de algún modo en esta orilla
cicatrizando ausencia y muertes pese a todo,
siendo eterno ya, ¡que importa si ceniza!

A César

A César Rodríguez:
por sus canciones y aquella charla que tuvimos.



Cuando se balancea y pende el rumbo
de su hebra umbilical hasta la vida.
Cuando es todo entre las vueltas de mentira,
ardiendo yo a su abrazo no me hundo.

Lo que un quizá para ti sea,
es para mí mi yo más esperado,
mi dentro puesto afuera,
la derrota que el destino me ha trazado.

Morirse así es estar más vivo,
que no encuentro brillar sin sus matices,
ni escribir sin su lectura,
ni subirme pese a todo a tanta altura
preparando en versos suturar de cicatrices.

Y te has cruzado tú y tu voz en todo esto,
la voz que nos canciona y acompaña,
la voz que envidio, en la que celo
de no tener a tal efecto tanta maña.

Así, si humano me volviera, te odiaría,
y sólo admiración me ocurre profesarte.
Temor quizá, pueril envidia
de mi mano torpe hacia tu arte.

Imperfecta mi voz un verbo amarra
inacabado de momento a sus oídos.
Que a morirse sobran siempre los motivos
a los que sumo desde ahora tu guitarra.

adormecido

Adormecido el día se adivina
como una condena tras la bruma,
esta luz traicionera entre tinieblas
que viene a poblar mis preguntas de respuestas,

La noche, borrosa, queda atrás,
escondido su manto bajo el suelo,
con su mentira de estrellas me recuerda
que piso yo en la tierra
y no en el cielo.

A la duda que abrigó la noche
le pone broche el día y la desnuda.
Prefiero acogerme a la mentira y a su enmienda
para que el corazón no sepa nada
y nada entienda.


Porque esta pena renace cada día
y ahogada tengo esta coartada de esgrimirla
me sumo a la agonía porque yacen
muertas las poesías de estas manos
tan cansadas de escribirlas.


Me da la sombra lo que el Sol me quita.
Porque la noche cubre, al fin, y desescombra
las ruinas que la luz dejó en este jardín
donde me sobran
veintidós primaveras tan marchitas.

No es por obvio este dolor más llevadero
ni por largo este insomnio una costumbre.
Por llorar no es este hombre menos hombre,
ni esta boca es menos boca
por no reír y no acordarse de su nombre.

Quiero caminar por anchas calles de ignorancia
y no saber que la risa se extingue y que se muere.
No quiero saber el porqué de este castigo
ni entender por qué mi corazón ya sólo quiere
recordar que nunca estuvo vivo.

si a tocarte

No acude el tiempo si a tocarte.
No acuden la luz ni el día,
no acuden las horas ni las cruces,
ni el camino circular de las agujas.
No entiendo la prisa si a tocarte.

Se desmiembran los horarios si a tu risa,
no acude irresponsable la conciencia
y llamo levedad a una cordura
que no intuyo en tus muñecas, y en mis ojos
le quitan gravedad a esta armadura
que no entiende de paciencia si a tocarte.

Confundo los pecados si a tu vientre,
me muerdo los labios y me ansio
si a la vez te quiero abrazar con todo el cuerpo.
Me despido, pues, de mi calma y mis principios,
de los hijos del espejo me despido.
Me despido de la paz y la nostalgia
aferrándome a un lejos sin pensarla
ni distinguirla entre mis dedos si a tocarte.

lanzarote 4:00 AM

A esta hora maldita
en la que era siempre tan temprano

A esta hora
en la que siempre hallaba luces
aún cuando todas se habían apagado

A esta hora maldita
-bendita como fuera en otros casos-
estoy tan solo como estoy, estoy ahogado
marchando firme sin saber adónde voy

A esta hora en que mi lado
me ha dejado tan de lado
todo está peor y aún así
acepto normal la culpa y el dolor
a los que yo mismo –paso a paso- me he avocado

En esta hora en la que sufro sé
-aunque nadie más lo sepa-
que sufro sin medida,
y aún así
no sufro en realidad como debiera.

Sueños que despiertan en la arena

A los fugitivos de la pena y de la vida,
a esta generación perdida en la generación perdida;
rumiando la desazón de las horas muertas
a las puertas a medio abrir de la ilusión.

Para otros se escribieron estos sueños
que soñamos con viejas alas de cera.
Para algún otro creó Dios la primavera,
porque en la espera larga del invierno
perdí yo a Dios y olvidé a mis dueños.

Ojos cansados de siempre mirar al suelo,
ojos llorando a duelo sin tener donde mirar,
almas rotas que se mueren sin saber donde está el cielo,
barcos que fondean en un puerto sin mar.

Bocas de sonrisas amarradas con cadenas,
penas que crecen en el tiempo como agravios,
sueños que despiertan en la arena,
venas... que no terminan en tus labios.

que te muerdes aún las uñas

Tienes que explicarme
qué le digo a la esperanza que destierro
cuando viene a contarme que te ha visto
que sigues siendo tú
que tienes frío
que tiemblas tan flaca, tan bonita
sin botas para el corazón y sin abrigo.

Qué le cuento a la esperanza ¡si la quemo!
y ella vuelve chamuscada y sonriendo
la pobre
que me habla de tu vida y yo me muero
si me dice que vas triste y con coleta
que cuelgas bombones de la azotea
que hasta la pena que gastas es hermosa.

Yo le grito ¡que no la quiero!
que se marche donde nunca pueda verla
pero ella es tan cándida que vuelve
y me mata verla tan contenta
al contarme que te muerdes aún las uñas
como si no hubiera otra cosa en este mundo.

No he podido soportar
cuando me ha dicho
que sigues recelosa de la lluvia
que te falta sol en la ventana
que el invierno se te hace tan jodido

Y yo, que trato de vivir sin esperanza,
lloraba
sin casi darme cuenta
mientras ella –ignorando su condena- me decía
que le parece mentira a estas alturas que no sepas
que el sol lo tienes todo entero
pintado cuando te ríes en las mejillas.

abrazandolejanía

Tuétano de ausencia, casi artrosis.
Cáncer de culpa, sangre inolvidable
incrustada en las uñas que me quedan
las que como de noche ya sin hambre
las que mancan mi piel con su neurosis.

Le pregunto al polvo y no contesta,
casi mejor por si me asusto
con un miedo que sería hasta agradable
comparado a este vacío que protesta
mientras rimo tan torpe mis asuntos.

Es tu cuerpo caliente que me viene
hasta en sueños –como ayer- si es que me duermo
y despierto –como hoy- abrazando lejanía.
Cómo me cuesta sacarte del recuerdo,
quitarme soledad de entre las sienes,
no tirarte piedrecitas al balcón todos los días.

paraserleídaentera

Podría decir
ahora que no me escuchas
que me dejaste solo
cuando más hundido estaba
cuando el mundo que debía existir alrededor ni me rozaba
cuando no sentía ser yo bajo la carne

Podría decir
que te marchaste
rebosando de escombros mi escombrera
dejándome tullido ante el espejo.
Yo, como un toro entrando al ruedo
y mientras tú
poniéndote el mundo por montera

Podría decir
que te odio
¡te odio!
por dejar desnudo el sueño
por alejar los labios de los besos
y velar lejos de mí las madrugadas

Me sería muy fácil
escribirte
la rabia que me brota de las manos
inventarme
cien mil pecados en las tuyas
quitarme las vigas de los ojos
hincharte la paja en tus pupilas

Pero hoy
que ha pasado al menos una vida
resulta que te quiero como antaño
y sigo tu estela sin hallarla
tan lejos de este otoño de mi cielo

Hoy
me faltan huevos
para seguir echándote la culpa
y desde esta noche atroz
(que es hermosa sin embargo)
en mi ventana
ahora que no puedes escucharme
confieso que no entiendo
cómo me podías amar de esa manera
porque incluso yo
que tanto y tanto me quería
me dejé solo
mucho tiempo antes de que tú
vencida ya
hicieras las maletas y te fueras
.

1.25.2007

aunque tú no lo sepas

"...me he inventado tu nombre". Los secretos


Ella tiene
una blusa transparente y treinta y pocos
tacos en el quicio de la boca
que no sabe de insultos si sonríe.

Dame tu número, le dije
y me lo dio
pero debió de sentirse adolescente
porque los números que me dictó y yo copiara
descubrí, a los pocos días,
no eran suyos
cuando contestó al teléfono un tal Lucas
que resultó ser un párroco de Cuenca.

Reí bastante con aquello
superada la cara del principio
cuando aquel buen hombre
me absolvió de todos mis pecados,
me recomendó reflexión y duchas frías,
menos bares y mujeres
y de penitencia
un Mea Culpa y diez Avemarías.

No quedó mas que en tenue ventolera
aquel tímido desaire
y cuando me la volví a encontrar
al poco tiempo
no podía recordarlo ni siquiera.

Hola me dijo
y hablamos de todas esas cosas
que recobran la importancia cuando alguien
sólo sabe de nosotros lo que escucha.
Era tarde
pero seguimos aún así tomando copas;
la noche volvió a pasarse en un suspiro
y creo recordar que muy borracho
cuando encendieron las luces yo cantaba
aquella vieja canción de Los Secretos.

Fue al salir del bar
al recordar la madrugada que es invierno
cuando me habló de ingeniería de los besos
Yo, que soy de letras, traté de convencerla
de que el verso suele hacerse más al labio
y el labio, a veces, más al sueño.

El caso es
que al besarnos
pusimos en común las dos teorías.
Tú volviste a casa,
y yo, como soy más vengativo,
al llegar a la mía llamé a Lucas
-que resultó ser un párroco de Cuenca-
y le dije que esta noche
no pienso cumplir la penitencia ni rezarme
ninguno de los diez Avemarías.

Rizos

Hoy el rizo se ha perdido / se ha cansado
de ser mágico azar algodonado.
Se ha deshecho y se ha olvidado
de volver locas las sienes que ejercitan
locura mayor de rizo deseado.

Es todo enigma hoy sobre tus cejas
como un amanecer extraño y paralelo
a un cielo por partido despejado
ansioso del rizo que en recto se ha tornado
en espiral como hizo antaño en velo.

Es tu risa modelo de acuarela.
Un poema de amor que la maltrata
declama tu voz por los rincones
rellenando de ausencia habitaciones
y tu piel de injustas letras escarlata.

Me queda pues acechar tras las esquinas
como un ladrón de bolsos cojo a que aparezcas;
Me conmino así a viajero hacia tu lecho
mientras cribo a muletazos las aceras
y al otoño le doy pases de pecho.

...para mañana

Adiós al atardecer significante
a las manadas de estrellas trasnochadas
que se han ido de tu mano a otro universo
pretérito y distante de mis dedos
ajeno y desprendido a tu mirada

Adiós a la cadera razonable
al temblor sin miedo de mi cuerpo
trepidando al clavo de tu abrazo
cuando el mundo se hacía tan pequeño
que cabía en la suela de un zapato
dispuesto a caminar por donde fuera

Adiós a la risa que alimenta
la amnesia sonora de las almas
con un estrépito tan puro que al oírlo
uno revive la osamenta
y sin decirlo
le dan ganas de morirse
llorando por dentro a carcajadas

Adiós a la censura de lo vago
a la siesta trascendente
al carmín sin pintalabios sobre el cuello
como una propuesta de tu boca hacia mi sangre
que me llevaba a la guerra tiernamente

Adiós
y adiós
y así podría
seguir tranquilamente hasta febrero
cuando tal día haga un año de aquel día
en que cogimos vuelos diferentes

Pero es tan triste a estas horas despedirse
y este papel a mi verso tan ajeno
que casi que lo dejo ya para mañana
y esta noche me quedo en la ventana
sin prisas como ayer, echándote de menos

1.24.2007

Exámenes


Aunque acate
no valoro los apremios de los días
ni los plazos necesarios
ni el ímpetu de fechas señaladas.

Desprecio
con una rabia maniatada
el destino en las agendas y a tal hora,
o esos maleducados relojes que señalan
con sus dedos lúgubres el tiempo
y se olvidan de ofrecerlo sólamente.

Hay muchas noches como ésta
en que el futuro
se limita sólo a ser una palabra
pisándole el talón al calendario,
una víspera sin emoción
de velas, ruidos, o de nubes
que promete libertad para más tarde.

Así, cuando me someto a este guión
que de cuerdo se hace soga
resulta
que parezco ser un hombre,
y me dicen que muy bien, que qué alegría
de verme despertándome temprano
y me cargan
de palmadas en la espalda
que dicen entre dientes ya era hora.

Por eso yo
que no tengo reloj por ideales,
no alcanzo a escucharles ni siquiera;
no saben
que por mucho que madrugue y tenga horario
y los pies de plomo sobre el suelo
siempre viviré
con la cabeza perdida en otra parte,
fumando en Babia un cigarrito, y quizá
mirando de reojo hacia ese cielo
donde guardo las cosas importantes.

1.11.2007

A un saco

A un saco sordomudo echo palabras
que no son ni siquiera desoídas.
A un saco
no a una tumba pero casi
echo los gritos de las noches
que no me riman ya ni por asomo.

Antes solía pensar -pero eso era antes-
cuando el pecado era del mundo y no era mío
que podría escribir, ser un poeta
acudir a las letras como excusa
para pintar de otro color todo este frío.

Pero abrir los ojos no es siempre un parpadeo
y en un guiño te puedes perder de vista
para encontrate nunca más tal como eras.
Más que de sueño, de culpa pesan las ojeras
que no me dejan mirar como solía.

No te vayas a ir

Convídame a extrañar la burocracia,
mi resquemor escrupuloso de fracasos,
este papeleo de letrinas con la infancia,
este yo sin mí ni hacerme caso.

Ponme azúcar al añil de amaneceres,
vacía a la mitad mi medio vaso,
ven conmigo a tropezar y aprieta el paso
si a camuflarme con sueños los deberes.

Píntame trampantojos con palmeras,
dibújame una vida con sus playas
y dale a este gusano su hoja de morera.

No te vayas a ir cuando te vayas
que hay que poner mar a estas aceras
y a mi oído esa voz que te me callas.

si ardiendo

Deriva derrotando en su sentido
la inocencia que pueblo en esta hora.
Redescubro sabores que intuía y resucito
a este yo que no recuerdo de sus sombras.

Lo que tienes de atroz yo me lo bebo,
y tu sangre y tu desgracia.
Si hay que pelear... yo me peleo
sin aspiración allende lo que veo
en mis tísicos oídos cuando callas.

Si ardiendo a mi que ardo te sostienes,
y ardiendo a ti que ardes me sostengo,
se pierde el valor del miedo por cobarde
y no se atreve el mundo a ser vanal
ni a derrumbarse.

Al lado de dolor

Ella era el mal en comprimidos,
la mala leche en polvos, sin sudor.
Una bestia, una calamidad, un error.
¡Era Satán en edición de bolsillo!

El mal genio de mi lámpara de Aladino,
la mala hostia que fui a darme un día
en las piedras que cruzó ella en mi camino.

Era el mal carácter de los viejos,
la mala cara en el espejo,
la lágrima que empaña la mirada,
la pena que me ronda, la madrugada.

La escala sin escalas de Jacob,
la mala sombra del olvido,
la barca de Caronte, a velas y a motor,
mi monte particular de los Olivos,
mi ejecución sin jueces ni testigos.
La noche, el miedo, el terror.

Mi voz en los versos de Sabina,
mi triste canción de cantautor.
La culpable de mi muerte, mi asesina.
El verdugo de mi risa y de mi amor.

Fue el Mal que por bien no vino,
Belcebú con ojos de mujer.
La bruja que robó la primavera,
de entre todas era la peor,
y aún así, de entre todas la primera.

Al final se fue, se marchó
con sus cincuenta cuentas de rosario,
con mi guerra perdida, con su sin razón.

Al final se fue, se marchó
Y, con el tiempo, de ella me quedó
una cruz en mi Calvario
y su foto, en el diccionario...
al lado de dolor.

Yo más bien tengo


No tengo una guerra –como Miguel- para contarla,
ni tengo una pena azul, inexplicable,
que me hable de los versos al oído.

No tengo por vecino al ruido de Sabina,
ni se aposta, vil, un ballestero en mi camino,
ni me olvido ningún arpa en las esquinas.

No tengo el aburrido campo de Machado,
ni el paseo con olores de Neruda,
ni una viuda que me llore todo un río.

Yo más bien... tengo un perro
que duerme a mi lado tranquilo en un sillón.
Tengo humo –mucho- en el pulmón y un cenicero
atestado de ansiedades trasnochadas.

Tengo un verso que habita entre mis dedos
tengo tardes de verano y aún recuerdo
a qué huelen los sueños en las manos
antes de estar a punto de perderlos.


Yo hoy tengo una vida y tengo
un nombre al que dar sombra con el cuerpo.
Yo hoy tengo una vida
y además tengo
ganas y papel para escribirla.