10.21.2008

Casi

Hay cierto lugar en todo esto,
determinadas horas o rincones
o copas de vino abandonadas
sucias encima de la mesa
donde el tiempo es latente
como un cerco rojo detenido.

A veces es una puerta entreabierta,
la visión de unos zapatos callados, el chasquido
del último interruptor antes de dormirse.
Después un silencio
la intermitencia roja en el cielo
de un avión que vuela en la noche
demasiado lejos.

Es a veces la sed de madrugada
el pasillo silencioso y oscuro,
la macabra luz de la nevera
o esa especie de tristeza que va dentro
de una cajetiila arrugada de Fortuna.

No sé bien cómo explicarlo
pero hay cierto lugar en todo esto
en el que casi te necesito.

Soneto malqueda

Podría decirte que hoy al levantarme
recordé tu piel de ayer sobre la mía.
Que sonreí, que me puse los zapatos
y que miraba el móvil a cada rato
para ver si me escribías.

Te podría decir que fue distinto,
que tus labios besaban en mi idioma,
que el tiempo se detuvo entre tus piernas
y que sentí como en el mar una galerna
que desbrozó por completo mis principios.

Te podría decir que cuento las horas
que me muero por verte
que tiemblo si me miras.

Podría decir que velo por tenerte
y muchas otras cosas
pero estaría sólo diciendo mentiras.

10.07.2008

Gracias

Dada mi idiosincrasia, por no llamarla vaguería, creo que yo nunca me habría abierto un blog por propia iniciativa. Por eso un amigo, conociéndome como me emociona que me conozca, tuvo a bien currárselo para regalarme este espacio desde el que escribo va ya para dos años. Vayan pues las primeras gracias para él, que es un grande.

Dicho esto me gustaría también hacer una mención muy especial a todos los que de vez en cuando os pasáis por aquí a echar un vistazo. Éste es, por diversos factores, un blog muy poco frecuentado, pero a todos los que venís a visitarme os quiero dar las más sinceras de las GRACIAS y también deciros que, de un modo cibernético, os quiero.

Gracias por habitar "Este Espacio" de Hilario, gracias por poner un poquito de calor y de alma a este páramo que de cualquier otro modo estaría desangelado. Gracias por estar ahí y ser partícipes de lo que escribo. Gracias por hacerme compañía.

Gracias y gracias.
Esteban 7-10-2008

10.06.2008

Te tocas la tripa

Te tocas la tripa
cierras los ojos, sabes perfectamente
de qué color es el mundo.
Sabes de los agujeros,
de las caras que retornan
y de ese vacío sin respuesta
que suele incomodar las madrugadas.

Conoces un miedo diferente,
una soledad que crees única,
un dolor más allá que las personas.
Pero eso, pequeña, es sólo
porque para ti volar es otra cosa.

Por eso me gusta ver cómo te alejas
cómo te vas confundiendo entre la gente
y cómo, aun sabiendo de qué color es el mundo,
vas a cada paso
intentando pintarlo de otra forma.