9.28.2010

Korea

Se hace casi tarde.
Es más corto si coges la emetreinta.
Ya sé que no te gusta ese camino.


Se hace casi octubre
la gente ha vuelto a olvidarse
de lo pronto que anochece.
Tú no te olvidas y aparcas
retrocedes lo justo en el tiempo
hasta que todo sabe a futuro.


Y no hay vapor
que le recuerde al labio que llora
como no hay mundo
que exista a más de medio metro.
Todo el humo salió por la ventana.


Ahora mírame un segundo y vuelve
por el camino que te guste.
Ya no es tarde para nada.

9.18.2010

I

Antes que escribiendo, envidiando
no ser García Montero, Benedetti,
estiro hasta aquí la madrugada
que por hábito me tiene trasnochando
derrotado en la guerra que mantengo
sobre el filo de la última calada.


Me voy a ir construyendo de retales
pensaré qué sonrisa para el jueves
qué caída de ojos el domingo
qué puntas de lanza intercostales
trataré de ocultar bajo el abrigo.
Qué alero de soledad cuando amanece.


Así que me quedo escuchando la tormenta
que miramos alejados pero juntos
mientras el mundo se vuelve innecesario.


Que un rayo parta en dos la tierra
y a nosotros nos confunda con el humo
sin certeza de dirección, pero volando.

9.02.2010

Gin Tonic

Desde el mal llamado culo
desde la base pasando
por el limón y por el ácido
rompiendo el hielo y rotándolo
inexplicables burbujas en respiración
anhelante, luchan sin saberlo
por una superficie que seguro
habrá de reventarlas, al contacto.

Y como yo, ya aire
quizás en su nuevo conjunto
acomodadas a la atmósfera se alegren del cambio
sean respiradas
mezcladas con besos o con humo
pasen de ser pompa y de ser nada
a ser saliva y labio
a ser muerte en absoluto.

Mientras alrededor pasa la vida
flotando.

9.01.2010

Faltas

Es improbable
que desaparezca el mundo como piensas
que las voces dejen de llamarnos
que hasta los ecos del viento
olviden nuestro nombre.

Que se anulen las distancias
que sólo el diámetro que nos separa sea seguro,
esa campana, y más allá
un bullicio detrás de las espaldas
donde la gente irremediablemente cae por un barranco
del que nadie pudiera despertarse
ya nunca.

Improbable
que la realidad que el bien
se te volvieran subjetivos
que tus labios, rencorosos,
o que simplemente me abrazaras
para dormirme tranquilo y en silencio.
Sin relojes Sin recuerdos
Sin mañanas.