Lejos. Tan lejos no llega mi voz ni la imagen que pronuncia; no llega el pensamiento cuando me sorprende a ciertas horas; no llega la calma segura de esperarte.
Desde tan lejos no me oyes adelantarte las palabras que vendrán seguro, ni intuir los susurros que serán dogmas, ni tampoco todos los nombres que habré de buscarte.
Lejos. Tan lejos que aún siendo imposible que me oigas estoy seguro sabes