6.26.2009

G.M.T. -5:00 Hrs

A Laura,
en su rincón inaudito.

Enarbolada locura de prisas
ficticias, para llegar tarde siempre
a los eventos poco importantes
como a citas o cenas o tediosas
clases vespertinas de diseño.

Si llegara pronto no tendría
tiempo de construir casas de pájaros
y esperar a ver cómo se habitan.
No se perdería de noche conduciendo
con una manta en las rodillas, soñando
que esta vez el camino no termina.

Si no llegara tarde qué sería
de ese pequeño ejército
de cosas que tanto la necesitan.

Qué sería
de todos los rincones inauditos
en los que ella se demora,
viviendo.

6.17.2009

Lázara

Lázara tranquila
apurando la última croqueta
aunque comparte conmigo
la mejor esquinita con jamón.

Llega
como una niebla televisiva
inesperadamente nítida
de lexatín machacado hasta este pulso
donde una mano
me lía los pitillos y los prende
sin temblores esta vez.

Luego riega
las plantas con nombre que le regalé
una tarde. Frunce el ceño a los pulgones
se pelea con el olor de algunas hojas;
según dice
le gusta cuidar de lo que es suyo.

Lázara está ciega: ella conduce
pinta paraísos probables
en el envés de los párpados:
trampantojos en fachadas de edificios derruidos
como el mejor paisaje de una siesta
en que se suda y se sueña
con la resurrección.

Lázara está loca
y está viva
de un modo incomprensible en que yo quepo
de copiloto cantándole las curvas
fumándome un porrito, deseando cosas sencillas
algo así como que siempre
fuera jueves de junio por la tarde.