4.24.2007

Oasis


A mi cuaderno verde



Sin borrador vendrán todos los versos
con que voy a mancillarte cada hoja.
Sin borrador ni buena letra ni talento
sin otro par de ojos que los míos
portarás –pobre de ti- poca poesía
y estarán tus letras lejos
de las hermosas letras de los libros

No es ya la esperanza
sino una terquedad incomprensible
lo que llenará de garabatos tus entrañas.
No es ya la fe ni es el aplauso
ni los genes de los versos de mi madre.
No es el dolor inocente
ni el grito que estalla en los papeles
ni la luz del ciego cuando mira

Ahora escribo
por mera necesidad de ser materia
más allá de la ceniza de las manos.
Por dar una de cal en el desierto
y robarle en un dulce descuido
risas al llanto
peras al olmo
instantes al tiempo

Llenaré tu vientre de cuadrícula
con una desquiciada y redonda geometría
que nada sabrá de arquitecturas
de esas
que ponen rejas a la locura
y trabas a la alegría

Sea como fuere
la esencia de mi vida
quedará ya para siempre entre tus carnes,
y el día ese en el que yo me muera
quizá quede alguien que me quiere,
que te recoja y te guarde
hasta ese otro día en que ya no quede nadie
salvo un viento que vendrá de ningún sitio
a esparcir tus hojas dondequiera

Y yo
que para entonces seguiré en cada palabra
olvidaré las cadenas en la tumba
me sentaré a charlar con las estrellas, a discutir
pequeñeces con mi sombra, a perder
tranquilamente
todo el tiempo que yo quiera.

Ese día cuando amanezca
me hallará tendido el sol
en la falda tranquila de algún monte
Será una mañana tibia y soleada
y la luz me hará entornar los ojos
mientras miro cómo queda la tristeza
lejana y sin sentido
perdida detrás del horizonte.

Con una mano iré
sacudiendo el rocío de las plantas
y en la otra
te llevaré a ti que lo mereces.
Sólo tú vas a entender ese Sol y ese día
porque sólo tú me has acompañado en esta noche
en la que hizo tanto miedo
y tanto, tanto frío.

No hay comentarios: