6.13.2007

Digna de elogio


Ni para un verso
tuvo palabras esta noche.


Pero sí tuvo un camino
por las mismas aceras de aquel tiempo
cuando no importaban escalones ni autobuses,
cuando no existía
el semaforo ni el ruido,
cuando aun lléndome no llegué nunca
a tener del todo claro si me iba.


Todo sigue igual, pero más solo,
no es más que un trayecto aquel paseo.
No hay nada, como tal,

de lo que entendí por madrugada,
y de ese lienzo,
sólo queda una ciudad llena de andamios.


Ni tú, ni yo
y pronto nadie
quedará en pie tal como era.


Sólo igual de igual, igual de solo
sigue el nombre de las calles y también
aquella estatua
que está valiente y sucia donde estaba
aguantando el chaparrón.


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