1.11.2007

A un saco

A un saco sordomudo echo palabras
que no son ni siquiera desoídas.
A un saco
no a una tumba pero casi
echo los gritos de las noches
que no me riman ya ni por asomo.

Antes solía pensar -pero eso era antes-
cuando el pecado era del mundo y no era mío
que podría escribir, ser un poeta
acudir a las letras como excusa
para pintar de otro color todo este frío.

Pero abrir los ojos no es siempre un parpadeo
y en un guiño te puedes perder de vista
para encontrate nunca más tal como eras.
Más que de sueño, de culpa pesan las ojeras
que no me dejan mirar como solía.

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