3.21.2007

Día de la madre


A mi madre

para que no volvamos a caernos.

Te quiero

No tengo talento más que para darte
los treinta versos que te escribo esperanzado
de que te hagan sonreír aunque de lejos.
No es más que el don que tú me has dado
lo que llena de carne mi pellejo.

Única pero no sola debería
sentirse la madre de este hijo
de su madre
que tú eres por ventura.
Más en letras que en besos soy prolijo
yo, el fruto vertical de tu cintura.

De otra mano recibieras hace un año
las rimas que te escribo cuando intento
que sepas, madre, más sobre mi vida.
Cómo explicarte que aún me duele aquella mano
que dejara escapar de entre las mías.

No vayas a caerte al suelo madre
que hay dos barbas con sus bocas que te quieren
y un perro que te ladra y necesita;
tres patas –en fin- que sin tu banco
son torpes y absurdas y baldías.

Ya ves, me he puesto a llorar mientras escribo
y no me importa que la gente mire y cuchichee.
No saben que esta lágrima es un recuerdo emocionado
un milagro de abril que ha renacido
en el tibio y pequeño cuerpo de Alejandro.

Es mi cuerpo también pequeño y frágil
pero no sufras mamá si me suturan
las muñecas, los tobillos... la memoria.

Quererme no es ni será fácil
pero hoy beso tus labios cuando apuran
la cerveza sin alcohol de nuestra historia

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uff! Es a la persona que más quiero en este mundo.