11.08.2010

Revelación

Me he comprado un libro que tiene buena pinta
tengo el móvil lleno de chorradas
cuatrocientas mil canciones en la mano
y de paso hay un repartidor de gratuitos
que a veces traen también un caramelo.


Ni con esas es buen primer sitio del día
este autobús abarrotado. Con los perfumes
las mochilas y la vida con tanto olor a sábana
y a lavabo de niña y a viejos
que me pregunto dónde coño irán siempre tan temprano.


Ni siquiera con estos profundos pensamientos
es buen sitio.
Aquí la gente es blanda
parecen una sala de estar incómoda y andante
recuerdan el papel que ayer dejaron
siguen siendo la misma estúpida marea
donde se pierden los brillantes y los sueños
y aún las comisuras llevan leche
y olor a cigarrillos infantiles.


Es incómodo pensar que uno
se podría estar muriendo entre toda esta gentuza
sin haberte dicho apenas
que te quiero
que me perdones el pesimismo, que tú ganas
que la vida es un lugar maravilloso
que gracias
sobre todo por mirarme de esa forma.


Y es que es tan tierno
que tú también existas a esta hora
hecha un ovillo
que hasta decir mundo se vuelve soportable
y yo necesito bajarme en la siguiente
descalzarme y correr hasta tu casa
entender que la injusticia y que la prisa
sean sólo esto, que tú existas
y que yo sea incapaz de vivir siempre.

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