8.16.2008

Compartidos


Como en los días del norte
que eran noche mucho antes
y el camino de arena se perdía
con vistas a ninguna parte
que no fuera un hipotético horizonte.


Si siguiera siendo enero
habríamos quemado todo el bosque,
seguiríamos desnudos, apenas extraños,
tanteándonos las hogueras, compartidos
como el frío detrás de la ventana.


Ahora es Madrid la que atardece
y tras tu hombro
se quema tan hermoso el horizonte
que casi me entristece
mirar contigo el mismo sol
pero con tan distinto norte.

No hay comentarios: