8.27.2008

DiecisieteENEROdosmilocho

Hay siempres
que no duran dos inviernos.

Los he visto escritos y caducos
en el dorso de una fotografía,
en la primera página de un libro
o al final de alguna carta
que supongo envié cuando era joven.

Siempre
es herir de muerte al albedrío,
no dejar al minuto ser minuto,
hipotecar las caricias de algún modo.

Hay cajas de zapatos
repletas de siempres
acumulando polvo al fondo del armario
junto a billetes de autobús en otro idioma
y a entradas de cine, borrosas,
como las tardes contigo.

Por eso tú
sin ven
ni quédate
ni no te marches,
hablas el lenguaje que manejo
en el que sólo vale
un ahora
un quizá mañana
un cuando vayas a marcharte
no lo hagas demasiado lejos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

:D Pero se junta con unas lágrimas. Es muy hermoso y triste. Debo tener el espíritu torcido para escribir esto.
Oye! yo también quisiera poder escribir.
Salu2 d' ¬¬

Esteban dijo...

Hola ¬¬
oye, por cierto, una vez que ya sé poner ¬¬ sólo me falta saber para qué se utiliza el simbolito en cuestión (aparte de para darte nombre, claro).

Gracias por lo que dices del poema. Lo escribí hace muchos meses, en enero, y aunque sabía que andaba por algún cuaderno lo había perdido de vista. El otro día me lo encontré casi sin querer y me gustó volver a leerlo, me recordó un montón de cosas. Por eso lo colgué aquí.

Intenta pensar que no es triste sino que era la mejor forma que tenía para dibujar lo que sentía en ese momento y decirle algo bonito a alguien.

Ese alguien no lo leyó nunca, pero estoy casi seguro de que no le parecería triste y de que echaría una sonrisita. O eso es lo que espero.

No sé desde dónde escribes, pero si lo haces desde España las 5:33 es una hora muy tardía...o muy temprana. Espero que tu espíritu torcido no tenga que ver en ello.

De todos modos espero que se haya enderezado un poco el ánimo.
Gracias infinitas por el tiempo que has empleado en leer todo esto y en escribirme. Espero verte por aquí, estoy a tu disposición hasta que nos aprendmos todos los simbolitos raros del teclado.

Gracias otra vez. Un afectuosos saludo.

Esteban dijo...

Por cierto, si quieres escribir... basta con que agarres un boli y un papel. Lo demás va surgiendo.

Anónimo dijo...

ójala siempre viviéramos en la última estrofa..qué a gusto estaríamos. Unos versos en los que quedarse a vivir "siempre":-)
Llevo tiempo leyendo tus poesias, no defraudan, no dejes de compartirlas con la masa anónima que te lee.