Hubo quien fue faro
y quien tormenta.
Vi luces sin haber bebido
en visiones que coronaban hombros
con horizontes o precipicios al gusto.
Hubo velas sin aire
otras sin sueño y otras
perdido en laberintos de ojos
no lo suficientemente tristes.
Hubo y hay acantilados
terribles y hermosos
mientras quede una luz
con el valor suficiente
para seguir girando sobre ellos.
1 comentario:
Existen tantas noches como días, y cada uno dura lo mismo que el día que viene después. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos momentos de oscuridad, y la palabra "feliz" perderá todo sentido si no estuviese equilibrado por la tristeza.
Me encantan tus escritos don Hilario
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