Como un altillo olvidado mucho tiempo
como un armario
que se dejó de visitar hace años
como una caja en el trastero
que uno abre y encuentra
sus álbumes de niño
y todos sus coches de escalextrix.
Así mi mano jugaba
en el cajón infinito
de entre la cama y tu cuerpo.
Sellos en la piel.
Postales.
Incontables piedras de mechero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario